Una vez que la medicina , y la adopción de habitos
saludables , no son suficientes para contrarrestar los síntomas que acompañan a
la Hiperplasia Benigna de Prostata ( HBP ) , conocida también como hipertrofia
o adenoma prostático , queda el recurso
de la cirugía prostática.
Tal como comentábamos en la primera entrada del tema Cirugia
con Laser de la Prostata , las técnicas laser han experimentado en las
últimas décadas un desarrollo muy importante, llevando a los pacientes unas
técnicas poco invasivas, y con muy buenos resultados en lo que a efectos
secundarios respecta.

Quizás , el problema principal
, sería limitar los daños en los tejidos próximos a la zona en la que el
especialista interviene, si bien dichos daños representan un problema menor si
tenemos en cuenta el gran avance que supone la tecnología laser en operaciones
prostáticas. El hecho poco probable de que puedan afectarse otros órganos
durante la operación de laser , sería un efecto achacable a la poca pericia del
especialista , y no a un problema relacionado con la intervención en sí .
Podriamos simplificar detallando las ventajas de las
intervenciones mediantes laser con respecto a otras técnicas mas invasivas como
la resección o la prostactomia abierta, que si bien no se producen en todos los
casos, se registran en la mayoria :
-El sangrado suele ser menor en laser, por el efecto de cauterización (la temperatura del laser, cicatriza la herida que produce en los tejidos).
-Tiempos menores en las estancias hospitalarias, intervención mas rápida, e incluso en el sondado vesical que puede retirarse poco tiempo después de la operación.

-Menores efectos secundarios en laser (incontinencia , estenosis uretral , impotencia , eyaculación retrógrada , etc)
-Menores riesgos (uso en la mayoría de los casos de anestesia epidural, menor riesgo de sangrado, formación de coagulos, necesidad de trasfusiones, etc)
-Pueden tratarse con laser a los pacientes con riesgos que están desaconsejados en intervenciones mas invasivas (enfermos de corazón, hombres de edad avanzada, que precisan de anticoagulantes, etc).
En cualquier caso, su especialista podrá valorar el
procedimiento idóneo en cada caso, aconsejándole el que mejor se adapta a su
necesidad. Aún después de operarnos, se hace imprescindible la adopción
de hábitos saludables que beneficien nuestra salud prostática, y ayuden a
nuestro cuerpo a restablecer el equilibrio que necesita para el bienestar y la
salud.
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