Desde el inicio de los síntomas de Hiperplasia Benigna de Próstata
( HBP ) , las opciones de tratamiento de la dolencia
pasan por diferentes fases. Debemos tener en cuenta que esta enfermedad es
crónica y progresiva, aunque podemos hacer mucho individualmente para
controlarla , recuperando el bienestar perdido.
La primera fase se conoce como Espera Vigilante, en la que debido
a que los síntomas no nos afectan
demasiado en nuestra vida diaria, el médico se limita a aconsejarnos la
adopción de unos hábitos sanos que debemos seguir para intentar retrasar la
evolución de la enfermedad . Cada caso es diferente, pero seguir unos hábitos
sanos, o no hacerlo, representará que
vivamos más o menos pendientes de nuestro problema y de sus síntomas tan
molestos.
La segunda fase, consiste en el uso de fármacos para reducir los síntomas. Estos fármacos no llegarán nunca a curarnos, pero si notamos una mejoría que compense los efectos secundarios que en mayor o menor medida conlleva el tratamiento , retrasaremos unos pocos años el hecho inevitable de pasar por quirófano . En esta segunda fase , sigue siendo muy importante mantener los hábitos sanos (alimentación , deporte, relajación, etc) que ayudarán de forma crucial al tratamiento médico. Pensar que el tratamiento médico por sí solo nos hará mejorar aunque abandonemos otros hábitos saludables, nos abocará al fracaso y agravará nuestro padecimiento.
La tercera fase es la cirugía. El progreso en este campo registrado en las tres últimas décadas ha sido notable. Hemos pasado en la práctica, de la prostatectomía simple o extirpación de la glándula prostática, a tener multitud de opciones, mucho menos invasivas y algunas con resultados realmente esperanzadores.
No todos los tratamientos quirúrgicos serán opciones disponibles para cualquier paciente, dependerá del tamaño de su próstata y la gravedad de sus síntomas, de su estado de salud y edad, de la disposición de tratamientos en su hospital, e incluso de la actividad sexual que desee mantener después de la operación. A pesar de que la cirugía suele tener un resultado en la mayoría de los hombres bastante positivo, en algunos casos ha de repetirse la intervención pasados unos años.
La prostatectomia o extirpación de próstata, puede ser de varios
tipos: prostatectomia radical abierta,
suprapúbica y laparascópica.
El uso de instrumentos como el resectoscopio , o los diferentes
tipos de técnicas (láser, microondas, enucleación, embolización , ultrasonidos,
vaporización, y otras técnicas ) , han conseguido que los tratamientos quirúrgicos para la
próstata inflamada o agrandada sean mucho menos invasivos y una opción a
considerar incluso en los casos no tan graves.
En cualquier caso, la atención temprana por parte de un
especialista , es altamente recomendable desde los primeros síntomas de
prostatismo, más aún , si existen antecedentes de Hiperplasia Benigna de
Próstata ( HBP ), hipertrofia, o cualquier otra patología prostática, en
hombres de nuestra familia. El hecho de
tener hábitos nocivos (tabaquismo, consumo de alcohol, vida sedentaria, llevar
una alimentación descuidada, etc) son también elementos de riesgo que deben
ponernos en alerta al primer síntoma ,
para acudir al especialista.
Gracias de nuevo por leernos ¡¡ Un saludo !!
PD: www.dprostata.es
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